Chee-see
Seguro podrías presenciar uno más que otro. Hay momentos de sincronicidad que no siempre suenan naturales; esos puntos te hacen poner un poco más de atención a lo que seguramente pasa una y otra vez, aunque lo dejas pasar. De las cosas raras que podría hacer es hablar (o incluso pensar) sobre algo al celular para que aparezca la publicidad justo de eso. ¿Casualidad o coincidencia? Tres años para poner más atención a esto y así tener un nuevo gatito.
Esta historia empieza con el pequeño Che-see. Abril 2021. Jugábamos en el patio con una perrita que ya no está con nosotros. Keisha tenía que hacer mucha actividad por ser grande y algo impetuosa. Lo que no vío es entrar a un gatito caminando con confianza hacía nosotros, que sin miedo ni prisa, parecía estar llegando a su casa como si se tratase de cualquier otro día después de haber dado el recorrido al vecindario. Después de un rato sin saber que hacer lo metimos a la casa para así cuidar del despistado que no pertenecía a nosotros; el detalle sería que iba hacer mi gatita quien estaba acostumbrada a vivir sola y como dueña de su territorio. Sin duda el pequeño gatito era bien portado, tranquilo, pero no intimidado por la presencia del otro que solo le gruñía y lo alejaba de la peor manera. Solo diré que esto no funcionó y la actitud al pequeño siempre fue hostil. Lo triste es que descubrimos después que el gatito era del vecino del frente y fue regresado a su casa. El curioso gustaba salir y andar como si nada por la calle aún viendo perros afuera. Lo llegué a ver un par de veces más como siempre dando la vuelta, aunque con más edad, igual de pequeño.
Pasaba julio 2022, esta historia ya la había contado por aquí. Cuando al salir por la calle estaba una caja tirada a la orilla. Contenía tres gatitos muy pequeños que dejaron a su suerte. De estos tres gatitos nos enfocaremos en el que llamamos Patotas. Era igualito al anterior solo que más chico todavía, también más empeluchado o greñudo; esto mismo hacía que se le vieran unas patas más grandes de lo normal. El favorito por toda la actitud que tenía, además de que llamaba la atención que fuera muy parecido a la gatita de la casa y al anterior gato que nos visitó. Estos tres gatitos menos iban a ser recibidos por la jefa Cookie, casi dueña de la casa. La suerte que les toco es que los dimos en adopción, les buscamos hogar que fue algo rápido por suerte, quedando muy cerca de la casa; más cerca aún de donde los encontramos abandonados -sospechoso- curiosamente. Se extraña mucho a estos pequeños porque tuvieron que ser alimentados y fueron libres hasta que comieron solos. Un proceso bonito que vivimos con mucho desorden y una gata celosa de ver como no le tocaba la misma atención. La paz le regreso al ser la única en la casa por un año más.
Patotas
Por algo lo dicen… Ahora nuestra tercera oportunidad fue la definitiva. Exactamente un año después en julio 2023 un nuevo relajo nos despertó y es que un gatito andaba chillando en la madrugada de una forma extraña. Pareció que se peleó desde la llegada con la gatita de la casa. Otro gatito pequeño y color gris; macho también para ser constantes con la cadena. Esta ocasión sería todo diferente porque al querer protegerlo nos daríamos cuenta de que este se adaptaría más fácil a la casa y a Cookie, probablemente ya se había dado por vencida y decidió tener un nuevo compañero. Muchas cosas pensamos con estos sucesos. Mi favorita y que me dijo Laura, es que entre ellos se corren la voz, que podrían ser rescatados y cuidados aquí, se aparecieron para buscar una nueva oportunidad. Mis tres pequeños lo lograron y ahora están felices en casa, cada quien en su casa.
Mi elección es que quiero disfrutar al nuevo integrante. Por algo tenía que estar aquí y justo ahora está en mi cama viéndome escribir, mientras la otra toma recostada un poco de calor de la lap. Mi casualidad fue recibir tres gatitos perdidos y su coincidencia de parecido es lo que hace esta historia un poco más llamativa. Si de tres paso a seis gatos, les iré actualizando.
Avocato
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