Exactamente el 3 de julio del 2022 salía de la casa y no tan lejos había una caja. No sé el motivo, pero tuve que acercarme y cruzar la calle para ver de cerca, tal vez asegurarme de que fuera solo eso. Al estar mas cerca pude ver tres pequeños gatitos, seguramente muy asustados, sin saber que pasaba, no hacían ningún ruido, solo podían ver hacía el cielo por lo alto de las barreras cafés de cartón y cintas amarillas. Sin saber yo también que hacer tuve que llamar a mi hermano para que fuera a encontrarme, cerré la caja y la cargue hacía la casa esperando después saber bien que decir o hacer. Así es como empezó esta aventura de 8 semanas a cargo de tres pequeños que tuvieron la mala suerte de ser abandonados a su suerte a su pequeño mes de edad cuanto mucho.
No será una historia larga. Si me gustaría compartirles que disfrute de tener esta visita, tener que estar pendiente de horarios, cuidados y no saber bien que hacer. En cuanto fueron más grandes, se disfrutaba más verlos correr y hacer “cosas de gatos” cuando de repente escuchabas caer y romperse algo para verlos acercarse como si nada al mismo desastre que ocasionaban. Incluso su arenero no fue suficiente en ocasiones que hasta teníamos que limpiar en lugares escondidos. Darles de comer con una especie de mamila y después pasar a comidas más sólidas donde ya lo hacían solos, como pudieran, todos batidos. En este punto sabíamos que ya podrían ser adoptados, que deberíamos pasar al siguiente paso, el más triste.
Mis gatitos eran tres pequeños, cada uno con una muy marcada personalidad. Durante este tiempo nunca tuvieron nombre, solo apodos que nos servían para identificarlos. Ahora ya se cual es el nombre de cada uno por sus nuevas familias. El primero en irse para mi siempre fue el más pequeño, que no hacía mucho, pero estaba pegado a sus hermanos para tener más calor. Se lo llevo un amigo de mi papá para su hija de 12 años. Se que le gustan los animalitos y cuando vienen de visita juega con los perros, estoy seguro de que estará bien, a salvo de esas manos toscas de los niños de esa edad que muchas veces no saben cómo cuidar a las mascotas. Para mis dos pequeños faltantes realizamos letreros que pegamos cerca de casa. Increíblemente el primer día recibimos la llamada de adopción, no iba ser tan fácil que los dejáramos ir por lo que tuvimos que saber un poco más de la familia y al final se fueron juntos. En casa serían amigos de otro gatito llamado Cheto. Lo que más me gusto es que se pudieron ir juntos para continuar jugando y adaptarse mejor a un nuevo hogar.
No iba ser fácil, tenía eso en la mente, aunque se logró de manera rápida y segura para los pequeños que ahora extrañaré. Cada uno que podré ver de vez en cuando porque están cerca y en lugares conocidos. Aunque la verdad no quisiera hacerlo, siento que no están en su casa. Están bien, pero pareciera que no están en su lugar. Solo es mi idea de que los cuidé en sus primeros días a falta de alguien que se le hizo más fácil solo dejarlos en medio de la calle sin otro resguardo más que una caja.